miércoles, 3 de junio de 2009

Modelos de negocio (bis)


A los catalanes, unas veces peyorativamente, otras con envidia, se les ha llamado fenicios alguna vez. La pela es la pela, ya me entienden.
La lectura del artículo de Milady me hizo ver cierto paralelismo entre los modelos del negocio del Barça y el Real Madrid con ciertos imperios de la antigüedad.

Quizá el paralelismo esté traído por los pelos pero no resisto la tentación de hacerlo.

El fenicio fue un pueblo de comerciantes que basó su grandeza no en la conquista y ocupación de territorio sino en establecer lazos ecónomicos con sus vecinos. Cualquiera que haya jugado a un “simulador de imperios” en los que la economía juegue un papel habrá observado que suele ser más difícil gestionar recursos que rapiñarlos.
Es necesario sembrar unas bases, establecer un clima de tranquilidad, fijarse en los porcentajes de ganancia, no tratar de esquilmar al vecino, resistir la tentación de ganar cien conquistando cuando se puede ganar cinco años tras año.
Se trata, en suma, de mirar al largo plazo aun cuando el corto plazo sea mediocre.
O sea, cuidar de la cantera y ser fiel al modelo.

Los romanos actuaban de forma muy distinta: una vez tentados por las riquezas de algún territorio lo conquistaban, rapiñaban el oro y las riquezas, esclavizaban a la población y luego, eso sí, establecían colonias sobre las ruinas de los pueblos vencidos. Era una ganancia relativamente fácil, muy vistosa por la expansión en el mapa.
Lamentablemente el sistema adolecía del tremendo defecto de que su perpetuación requería conquistar más y más territorio. En el momento en que los vecinos fueron demasiado poderosos o demasiado pobres, Roma se vio sin riquezas inmediatas y sin mano de obra esclava. Hubo que aumentar los impuestos, a los campesinos libres les tentaba el mundo urbano y se promulgaron leyes para atar a los campesinos a la tierra. Es decir, llegó la Edad Media.

Hoy tenemos un nuevo emperador blanco que nuevamente se fija en las riquezas de los clubes vecinos y, no a fuerza de pilum pero sí de talonario, rapiña el talento ajeno sin preocuparse de cuidar sus bases.
Exactamente igual que sus predecesores.

Como si la historia no enseñara nada.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho, pero... creo que no plagia en nada al mío. Una pena pues ya tenía yo pensada mi estrategia de cobro de derechos de autor y tal, je.

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