miércoles, 13 de mayo de 2009

Buenas personas






Cuando el autobús que me llevaría al levante se situó en la dársena, el conductor, con el cigarro en la boca, revisaba nuestros billetes.

La mujer china llevaba una bolsa de plástico verde como la que dan en los bazares. O quizá era su comida. El conductor le dijo que no se podía llevar el interior del autobús y tuvo que dejarla en el maletero.

La mujer negra llevaba un bolso grande pero en modo alguno aparatoso. El conductor le dijo que lo dejara en el maletero.

La chica que frente a mí estaba en la cola también llevaba bolso pero el conductor no le dijo nada.

Yo llevaba una mochila a la espalda. El conductor me dejó pasar.

Estuve tentado de pedirle explicaciones: qué diferencia de tamaño, peso o aspecto había entre los paquetes de unos y otros.
Pero no lo hice.

Mucho más tarde recordé la frase de Luther King.

"Cuando reflexionemos sobre nuestro siglo, no nos parecerán lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas."

2 comentarios:

  1. Corto pero intenso... es un artículo de gran belleza.
    Quizá el silencio de las buenas personas hace que no sean tan buenas

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  2. Mucho más bonita tu frase que aquella famosa atribuída a quién sabe quién:

    "Primero se llevaron a los judíos...
    pero como yo no era judío, no me importó.
    Después se llevaron a las comunistas,
    pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
    Luego se llevaron a los obreros,
    pero como yo no era obrero tampoco me importó.
    Mas tarde se llevaron a los intelectuales,
    pero como yo no era intelectual tampoco me importó.
    Después siguieron con los curas,
    pero como yo no era cura, tampoco me importó.
    Ahora vienen por mí, pero ya es demasiado tarde".

    La tuya aboga por la generosidad, mientras que ésta apela al egoísmo.

    Tal vez no vas a ser tan mala persona.

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